Ahora Samuel tiene más de 60 años. Fielmente ha actuado como juez y como profeta en Israel durante largos años. El ha dedicado su vida entera a servir a Israel, y eso no siempre fué fácil. En este punto de su vida uno esperaría que Samuel fuera tratado con respeto y honor, pero ese no fue el caso.
Parte del problema es que los hijos de Samuel repitieron el mismo patrón que los hijos de Elí, abusaron del poder y vivieron en maldad. Pero había un problema mayor: Los israelitas fijaron sus ojos en el ejemplo de los vecinos malvados y quisieron imitarlos antes que obedecer a Dios. En la lección de el próximo sábado veremos cómo los ancianos influyentes de israel vinieron a Samuel y le exigieron que les pusiera un rey, la gente quería ser gobernada por un monarca y no por jueces.
No es que al SEÑOR lo agarraron fuera de lugar con esta demanda, por supuesto; El ya tenía un plan pre-establecido para la monarquía en Israel. Pero veremos que la exigencia por el cambio de gobierno provenía de los deseos malvados de la gente, no de el mejor sistema que Dios había establecido. El Señor sabía que el monarca convertiría en siervos a los ciudadanos y que al final terminarían quejandose de eso. No siempre es bueno obtener lo que nuetro corazón desea.
SERIE: PROFETAS, SACERDOTES, REYES (1 SAM)
LECCIÓN 3: LA GENTE EXIGE UN REY.
SABADO 28AGO10, 5PM; IGLESIA GETSEMANI